Introducción
El angioqueratoma de Fordyce fue descrito por primera vez en 1896 por John Addison Fordyce1. Es una entidad que parece estar relacionada con la edad: a mayor edad, mayor incidencia1.
La etiología de estas lesiones no está todavía aclarada1. Se han documentado casos asociados a radioterapia, sobre todo en lesiones vulvares y tras penectomía por un carcinoma de pene2.
La prevalencia varía según la edad de las personas, siendo del 0,6% en hombres jóvenes de 16-20 años y del 16% en hombres mayores de 70 años3.
Caso clínico
Hombre de 36 años que acude a la consulta de Atención Primaria para valoración de lesiones oscuras que le han aparecido en el escroto, de forma bilateral, de 6 meses de evolución, no pruriginosas y en alguna ocasión friables al rasurarse. No han crecido en tamaño. No recuerda traumatismos previos. No presenta síndrome constitucional. No hay antecedentes de interés.
Proceso diagnóstico
En la exploración física se objetivan múltiples pápulas eritemato-violáceas, de bordes regulares y bien delimitados, de tacto rasposo y no dolorosas. Utilizando la dermatoscopia, se objetivan lesiones parecidas a los angiomas, pero existen distintas tonalidades (algunas más violáceas y otras más rojizas). Estas pápulas siguen el vaso sanguíneo y no aparecen en otras zonas sin vascularización. Las regiones de tacto más rasposo corresponden a zonas con hiperqueratosis.
Con estos hallazgos, nos planteamos diferentes diagnósticos diferenciales:
- Angioqueratoma corporis diffusum: atendiendo a la localización única en una región corporal, no consideramos como probable este diagnóstico.
- Sarcoma de Kaposi: las lesiones típicas son máculas violáceo-rosadas o rojas que pueden unirse formando nódulos o placas. El paciente niega relaciones sexuales de riesgo y las lesiones son pápulas aisladas, por lo que también rechazamos este diagnóstico.
- Melanoma: se considera poco probable esta opción, ya que las lesiones no tienen retículo ni asimetría en bordes o coloración intralesionales.
- Angioqueratomas de Fordyce: las lesiones son compatibles y la localización también, pero quedan dudas.
Se deriva al servicio de dermatología de referencia, donde el paciente es diagnosticado de angioqueratomas de Fordyce.
Tratamiento
Tras la correspondiente explicación y de forma consensuada con el paciente, no se indica tratamiento, ya que se trata de una enfermedad benigna.
Discusión
Clínicamente, se objetivan pápulas eritemato-violáceas o negro azuladas, de 0,1-0,4 cm de diámetro2, de superficie escamosa, localizadas en el escroto (figuras 1 y 2), labios mayores o el cuerpo del pene1,4-6. Generalmente, suelen ser asintomáticas, pero podrían sangrar en caso de traumatismos o durante el acto sexual4.
El diagnóstico suele ser clínico, sin que se necesite utilizar biopsias o pruebas complementarias. En el caso de que queden dudas diagnósticas, aunque la dermatoscopia puede ayudar, la biopsia de las lesiones es la prueba de referencia para establecer el diagnóstico1.
El diagnóstico diferencial incluye: angioqueratoma corporis diffusum, melanoma maligno, nevus nevomelanocítico, tumores del tracto urinario y lesiones pigmentadas1,2,4,6,7.
Con respecto al tratamiento, suele indicarse en personas que buscan fines estéticos1. Las opciones terapéuticas son: escisión, electrocoagulación, crioterapia o terapia con láser1,5, pudiendo utilizarse láser de Neodimio YAG o láser de colorante pulsado. Ambos láseres son efectivos y consiguen resultados con un número de sesiones variables, oscilando entre 1 y 7, y con un 16% de recidivas de las lesiones entre los 6 y 12 meses tras el tratamiento. No se registraron efectos secundarios durante dichos tratamientos4-7.
Conclusiones
Se trata de una enfermedad benigna que encontramos con una frecuencia variable en las consultas de Atención Primaria. Debemos conocerla para poder hacer un diagnóstico correcto y considerar la utilización del dermatoscopio en este tipo de procesos, pues constituye una herramienta que puede contribuir a la capacidad resolutiva del personal médico de Atención Primaria. Así, podremos ofrecer una adecuada información a los/las pacientes con angioqueratomas de Fordyce, pues es un proceso que pueden relacionar con enfermedades de transmisión sexual o con alguna patología oncológica.
Agradecimientos
Queremos expresar nuestro agradecimiento al Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Severo Ochoa (Leganés, Madrid).