Sexualidad en nuestros ancianos

Objetivo. Conocer las características y el interés de la sexualidad en nuestros ancianos. Diseño. Estudio descriptivo transversal. Emplazamiento. Atención primaria. Centros de salud urbanos en el Área Sanitaria de Albacete. Participantes. Se seleccionó, mediante muestreo aleatorio simple, una muestra de 111 sujetos ? 65 años con Índice de Katz A o B y puntuación en el test de Pfeiffer de 0 a 2. Mediciones principales. Mediante entrevista personal concertada se obtuvieron: datos sociodemográficos, valoración geriátrica (índice de Katz y test de Pfeiffer) y respuestas a un cuestionario sobre actividad sexual e interés en ella. Resultados. Edad media de 74 años (IC 95procentajer 73,4-75,7), siendo el 59,5procentajer mujeres. Vivía en pareja el 64,8procentajer (casados el 69,4procentajer). Manifestó interés por la vida sexual un 43,2procentajer, con un claro predominio por parte de los hombres (p<0,001). La relación más practicada era el coito vaginal con un 43,2procentajer, presentando la frecuencia en las relaciones una amplia variabilidad: desde más de una vez por semana (30,9procentajer) a por lo menos una vez al año (27,3procentajer). El 67,5procentajer reconoció presentar algún tipo de disfunción sexual, siendo la más frecuente en hombres la disfunción eréctil (55,6procentajer). Sólo uno presentaba dos tipos de disfunción (retardo en la eyaculación y falta de libido). En las mujeres la más frecuente fue la disminución de la lubricación vaginal (53,3procentajer). El motivo más frecuente de no practicar relaciones sexuales fue el carecer de pareja (48,3procentajer). Conclusiones. A pesar de presentar una edad avanzada, en los encuestados persiste el interés por la actividad sexual, sobre todo en varones. Así mismo, existe un importante número de disfunciones sexuales que en la mayoría de casos no son consultadas, por lo que debemos tomar la iniciativa en atención primaria y manifestar interés por la sexualidad de nuestros ancianos.