Introducción
El término burnout fue descrito por primera vez por el psiquiatra Herbert J. Freudenberger en 19741 como «un estado de fatiga o frustración que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o relación que no produce el esperado refuerzo». Posteriormente, Maslach y Jackson lo redefinieron como una respuesta prolongada a factores de estrés emocionales e interpersonales crónicos en el trabajo, con tres dimensiones: AE, DP y falta de RP en el trabajo2.
Basándose en sus estudios, elaboraron el Maslach Burnout Inventory (MBI), y su versión específica para profesionales de la salud, el MBI-Human Services Survey (MBI-HSS). Este instrumento consta de 22 ítems, divididos en tres subescalas: el AE, que evalúa los sentimientos de sobrecarga y el agotamiento por el trabajo; la DP, que mide la falta de empatía durante la actividad profesional, y la RP, que evalúa la capacidad de competencia y éxito en el trabajo. En España existe una versión adaptada por Seisdedos (1997)3.
En 2000, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el burnout era un factor de riesgo laboral4.
La prevalencia en el ámbito sanitario es muy variable, oscilando desde el 0% al 80,5%5. En España, es del 14,9%6.
Durante la residencia médica, las/los profesionales se enfrentan a altos niveles de estrés, carga laboral y falta de sueño, lo que aumenta el riesgo de burnout. Entre los factores de riesgo destacan: exceso de turnos, demandas asistenciales, presión por el aprendizaje y falta de autonomía7,8. Además, se han analizado factores sociodemográficos como el sexo, edad, estado civil y lugar de procedencia, pero existen discrepancias en la literatura al respecto. Por ejemplo, respecto al sexo, hay estudios que muestran mayores niveles de burnout en hombres9,10, mientras que otros detectan mayores niveles de burnout en mujeres11,12.
En cuanto a la prevalencia de burnout en personal médico residentes a nivel global, destaca el metanálisis realizado en 2018 por Rodrigues y sus colaboradores en el cual se recogen 26 estudios de todo el mundo y cuya prevalencia general de burnout encontrada para todas las especialidades fue del 35,1%13. En España, los estudios muestran prevalencias entre el 20% y el 93%, según los estudios realizados14-17, con variaciones por especialidad y región.
El objetivo principal de este estudio es describir la prevalencia del burnout entre personal médico residente de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real y los factores asociados al mismo.
Material y métodos
Se hizo un estudio observacional descriptivo transversal con 203 residentes de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real. Se excluyeron otros profesionales de la sanidad y residentes de otras gerencias. Los datos fueron recogidos entre febrero y abril de 2024, tras la aprobación del estudio por la unidad docente y el comité de ética del hospital. Los cuestionarios validados se hicieron mediante Google Forms y se envió a través de WhatsApp mediante un mensaje difundido entre los diferentes grupos de residentes, ya que este método era el más accesible y permitía su uso en cualquier lugar.
La participación fue voluntaria y anónima. Se requirió el consentimiento informado en cumplimiento de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.
La investigadora principal fue la única con acceso a la base de datos, almacenada de forma segura.
Se calculó una muestra mínima de 119 participantes, estimando una proporción de burnout del 27% con un margen de error del 8%.
Los datos de cada cuestionario fueron volcados en una base de datos de Excel diseñada por los investigadores. Las variables del estudio fueron:
- Dependientes: resultados del MBI-HSS. Se utilizó la versión que incluye 22 ítems destinados a medir el estrés laboral asistencial, mediante la valoración de AE, DP y RP. En cuanto a los ítems que componen cada subescala para su interpretación: AE (1,2,3,6,8,13,14,16,20), la DP (5,10,11,15,22) y la RP (4,7,9,12,17,18,19,21). Se contesta a través de una escala tipo Likert de siete opciones de respuesta probable desde: nunca (0), pocas veces al año o menos (1), una vez al mes o menos (2), pocas veces al mes (3), una vez a la semana (4), pocas veces a la semana (5), y todos los días (6). En consecuencia, se concluye que los individuos con altas puntuaciones en AE (> 27) y DP (> 10) y baja puntuación en RP (< 33) deben considerarse que han desarrollado el síndrome de burnout.
- Independientes: sexo, edad, año de residencia, estado civil, especialidad y procedencia.
El análisis estadístico incluyó análisis descriptivo, pruebas chi-cuadrado, t de Student y ANOVA, con significación estadística definida como p < 0,05.
Resultados
Se remitió la encuesta a 203 médicas/médicos internos residentes y contestaron 102 (51%). La media de edad fue de 29 años.
El resto de las características sociodemográficas estudiadas se recogen en la tabla 1.
Los resultados obtenidos en el cuestionario MBI quedan recogidos de manera detallada en la tabla 2. En ella podemos ver que el 59,8% de las personas encuestadas presentaron un alto grado de AE; el 51,9%, un alto grado de DP, y el 36,2%, una baja RP. De acuerdo con la definición comentada previamente, un 24,5% (IC 95%: 15,7-33,4%) de las personas encuestadas presentaba burnout. Estos porcentajes fueron significativamente diferentes entre quienes presentaban burnout y quienes no lo presentaban (tabla 3).
Considerando el subgrupo de los médicos/médicas residentes con burnout (tabla 3), la mayoría eran mujeres (72%) y la distribución por año de residencia (R1-R-5) fue, respectivamente, de 32%, 12%, 28%, 24% y 4%. El 64% pertenecía a especialidades no quirúrgicas, el 67% tenía pareja estable y el 52% procedía de fuera de Castilla-La Mancha.
Respecto a los posibles factores asociados a la presencia de burnout, no se observaron diferencias en las variables sociodemográficas.
Discusión
Nuestro trabajo concluye que un 25% de los médicos y médicas residentes sufre burnout, con altos niveles de AE y DP. Este resultado es similar al obtenido en otros estudios hechos a nivel nacional, como el de Ramírez Pérez et al. (2019)14, que reportó un 29,4% de burnout, con alto grado de AE (50,4%), alto grado de DP (72,3%) y bajo grado de RP (59,7%), o el de Ovejas-López et al. (2020)17, con un 33,8%. En otro estudio realizado en 2018, en el que se incluyen a profesionales de Atención Primaria de Albacete16, se obtuvo un porcentaje de burnout del 20,7%. A nivel internacional, la prevalencia también es elevada. Por ejemplo, en la revisión sistemática de Thomas (2004)7, los resultados globales demostraron una presencia de burnout elevada en todos los estudios, con un máximo del 76% en residentes de medicina interna.
En cuanto a los factores asociados a la presencia de burnout, no hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas con respecto a las características sociodemográficas estudiadas.
En nuestros resultados no hemos comprobado la existencia de diferencias estadísticamente significativas respecto al sexo, a diferencia de otros estudios, como el realizado en 2014 por Kimo Takayesu et al19.
Además, hubo una mayor proporción de residentes con burnout en las especialidades médicas (64%), aunque este estudio contó con un bajo porcentaje de respuesta total de residentes de la especialidad quirúrgica (27,7%), que podría haber limitado los resultados del estudio.
En cuanto al estado civil, existe una mayor proporción de burnout en residentes con pareja estable, a diferencia de otros estudios realizados14,19.
Algo que llama la atención es que, en cuanto al año de residencia, los residentes de primer año son los que más porcentaje de burnout presentan (32%), seguidos de los de tercer año (28%), lo que podría estar relacionado con el impacto del inicio de la residencia y la adaptación a las nuevas responsabilidades. Este resultado es similar al obtenido en un estudio llevado a cabo por Fernández Martínez15 en 2007, en el cual las/los residentes de primer año obtuvieron un mayor porcentaje de AE con respecto al resto de residentes, aunque no alcanzó significación estadística.
Este estudio tiene algunas limitaciones. Una de ellas es que se trata de un estudio transversal, por lo que representa una situación puntual en el tiempo. Otra es que, para asegurar la confidencialidad de las personas encuestadas, se obviaron parámetros que podrían relacionarse, como el consumo de tóxicos, la especialidad realizada, prolongaciones de guardias no deseadas, problemas psicológicos y tratamientos habituales. No obstante, el MBI es considerado como uno de los mejores cuestionarios sobre el burnout, es el más difundido y permite comparar los resultados con los de otros investigadores. El tamaño muestral también puede suponer una posible limitación, aunque se ofreció la posibilidad de participar a todos los residentes de nuestra área. Por último, los resultados pueden estar influenciados por la tasa de respuesta, aunque no es diferente e incluso superior a la de investigaciones previas16,18.
En conclusión, el presente estudio permite afirmar que existe una prevalencia significativa de burnout (25%) entre el personal médico residente del Hospital General Universitario de Ciudad Real. Aunque no se identificaron factores sociodemográficos claramente asociados, se observaron altos niveles de AE y DP.
La detección precoz de este síndrome y la implementación de estrategias preventivas son fundamentales para proteger la salud mental de los y las residentes y asegurar una mejor calidad asistencial.