Es una extensión de tierra rodeada de mar por todas partes, excepto por una zona, relativamente estrecha, llamada istmo. El encuentro entre el mar y la tierra suele originar paisajes espectaculares. La acción de oleaje, actuando de modo continuo, con mayor o menor intensidad sobre la base de los acantilados, termina por demolerlos. Cuando estos accidentes se van aislando, dan lugar primero a pequeñas penínsulas y más tarde a islotes que, con el tiempo, pierden tamaño hasta quedar reducidos a escollos casi o totalmente recubiertos por el mar.
Lidia tiene 37 años, es delgada y frágil, habla muy dulcemente… Trabaja en los congelados y la panadería de un hipermercado. Acude a la consulta con un libro bajo el brazo.
«Me duelen las manos con el frío… Tengo el informe del reumatólogo…, pero temo darlo en el trabajo por si me trae problemas…»
«No puedo cambiar de trabajo…, no tengo cualificación para hacer otra cosa…»
Lidia está separada y no se relaciona demasiado con su exmarido. Sus padres y hermanos viven en otra ciudad. Tiene un hijo, de 16 años, con retraso escolar.
«No quiere estudiar… Tengo muchos problemas con él…»
Palmeras, playas y arena blanca son algunas de las características del pequeño pueblo costero del sur de esta península…, a la que se llega por la carretera de la costa…, por el estrecho istmo…
Lidia vive ahora con otra pareja, Felipe…
«No me entiende… Es más joven que yo…»
Lidia tiene el ánimo deprimido, y se seca las lágrimas mientras cuenta su situación. Presenta artralgias inespecíficas y un fenómeno de Raynaud, sin otros datos de esclerosis sistémica. Toma nabumetona cuando tiene dolor, aunque el reumatólogo prescribió diclofenaco, por intolerancia gástrica de este último… Rechaza tomar antidepresivos…, aunque toma ocasionalmente alguna benzodiacepina…
«Tengo que resolverlo yo…»
El médico ve a medias la portada de un libro titulado Los perros… y le pregunta si es que tiene perro.
«Sí…, tengo un perro… Istmo se llama. Es mi ayuda… Me siento muy unida a él… Me gustan los perros…»
Lidia es un accidente geográfico semejante a una isla unida al continente por una estrecha franja de tierra de unos cuantos centímetros de largo, denominada istmo. Es su Istmo lo único que permite que no sea una isla… Su única conexión…, una estrecha franja… Desde su parte más estrecha, se pueden observar a la vez los golfos del norte y del sur…
«Puede ser que haya millones de penínsulas… Y eso tiene que tener algún significado… ¿Por qué son penínsulas y no islas? ¿Por qué están unidas al continente y no separadas y cerca de él? Puede que porque necesitan el contacto con el continente…, sin dejar de ser islas…», piensa el médico.