Y en este sentido, para cualquier sociedad científica, poner en marcha una nueva revista científica o, como en nuestro caso, potenciar una revista de ámbito autonómico a nacional, es —no tengo ninguna duda— un paso más hacia la búsqueda de la excelencia.
El catálogo de revistas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), y de aquellas en las que participa, es muy extenso y es un indicador de su fortaleza científica. Contamos, como revista de originales, con la excelente Atención Primaria, órgano oficial de la Sociedad; como revista de actualización, aunque más bien se trata de un programa de formación, con AMF (Actualización en Medicina de Familia); como revista centrada en el ámbito de la medicina comunitaria, disponemos de Comunidad y, finalmente, en lo que concierne al mundo académico, mantenemos una estrecha colaboración con DocTUtor.
Efectivamente, es un listado amplio. Pero una sociedad como la semFYC, con más de 20.000 socios y socias, joven, dinámica y activa, nos anima a profundizar y analizar cada vez con mayor rigor nuestra realidad y nuestra práctica diaria en todos los ámbitos en los que actuamos las médicas y médicos de familia (Atención Primaria, urgencias, paliativos, universidad, gestión, etc.) y nos reclama más espacios para difundir resultados y compartir conclusiones con otras profesiones.
Evidentemente, investigar no es fácil y menos aún en Medicina Familiar1. En un reciente artículo se recogían las causas que lo dificultan y, entre ellas, destacan: «la gran sobrecarga asistencial, la cual impide que la actividad investigadora se desarrolle dentro del horario laboral; la carencia de infraestructuras; la falta de formación en metodología de investigación; la dispersión de los y las profesionales, que dificulta el acceso a los recursos necesarios; la falta de sensibilidad para su promoción por parte de los responsables institucionales, y la no consideración de la Medicina Familiar como área de conocimiento en la universidad española»2.
Desde la semFYC llevamos muchos años trabajando sobre esos elementos. Reclamamos reducir la precariedad y agendas de trabajo razonables y de calidad, reivindicamos la importancia de la investigación en nuestro ámbito asistencial y, constante y reiteradamente, solicitamos la creación de la asignatura de Medicina Familiar en las diferentes facultades de nuestro país. Pero al margen de estas reivindicaciones, como sociedad científica estamos comprometidos internamente, desde la vocalía de investigación, con el fomento de la cultura de investigación y la promoción y difusión de la investigación. Y además de otras acciones que venimos desarrollando desde hace mucho tiempo (becas de investigación, apoyo a los grupos de trabajo, formación en metodología de investigación, etc.), creemos que la Revista Clínica de Medicina de Familia (RCMF) nos ayudará a conseguir esos objetivos.
Y aquí estamos, en un punto y seguido. Un punto al que hemos llegado gracias a la constancia y deseo de muchas juntas directivas de la semFYC que hemos perseguido este objetivo, contar con una nueva revista de originales, durante años y al esfuerzo de las diferentes vocalías de investigación, pero también gracias al empeño del director de la revista, el doctor Ignacio Párraga, y a la generosidad de la Sociedad Castellano-Manchega al compartir su revista y hacerla propia de toda la federación.
Punto y seguido, porque ahora se inicia un proyecto nuevo e ilusionante donde ponemos a disposición del conjunto de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, sea cual sea el ámbito y el país donde desempeñen su actividad, un espacio como la Revista Clínica de Medicina de Familia, para presentar, exponer y compartir sin coste el resultado de sus investigaciones.
Como sociedad científica, estamos plenamente convencidos de que la investigación de calidad es fundamental para generar conocimiento, y su divulgación y difusión contribuyen al progreso del sistema sanitario y de la salud de la ciudadanía3.
Y esto será posible gracias a la generosidad y buen hacer de quienes se han embarcado en esta aventura y conforman el comité editorial, asesor y de expertos de la revista, personas cuya valía personal y profesional aseguran el éxito de la misma.
Thomas Bach, actual presidente del Comité Olímpico Internacional, se atrevía hace unas semanas a proponer un cambio en el lema olímpico y sugería añadir la palabra «juntos» después de Citius, altius, fortius, lo que en latín sería: Citius, altius, fortius, simul.
Pues eso, en búsqueda de la excelencia, JUNTOS (SIMUL).