Introducción
La Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE)1 regula el derecho de la eutanasia en el Estado español y da respuesta jurídica, sistemática y garantista a la demanda social de la despenalización de la eutanasia. Con esta nueva responsabilidad clínica, el conjunto de profesionales de medicina, enfermería, farmacia, trabajo social, psicología y derecho son llamados a repensar su práctica asistencial para incluir esta nueva prestación de ayuda a morir2-5.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, actualizados a 16 de diciembre de 2024, en el período desde la aprobación de la ley hasta el 31 de diciembre de 2023, en España ha habido 1.515 solicitudes para dicha prestación, 173 durante 2021 (73 prestaciones), 576 durante 2022 (278 prestaciones) y 766 durante 2023 (334 prestaciones). En 2023 suponía una tasa de mortalidad por eutanasia del 0,0767%6.
La diferencia fundamental con otros países es la relevancia del estrés burocrático derivado de una ley que ofrece muchas garantías2,4,5. La ley española impone un procedimiento complejo en forma y plazos y un registro documental extenso y riguroso con un control previo y posterior a la prestación. Además, se trata de una ley con un protagonismo del estamento médico, de modo que la carga de trabajo queda acumulada en los/las facultativos/as o alternativamente se delega el trabajo a enfermería, sin la previsión, los recursos ni el reconocimiento necesarios2,5,7,8. Las/los profesionales de enfermería realizan los cuidados necesarios durante el proceso y, en la mayoría de los casos, son quienes se encargan de colocar las vías periféricas e incluso de administrar la medicación final5.
Dar a conocer la LORE es uno de los retos de la aplicación de la nueva prestación sanitaria en España9. En comunidades autónomas como Catalunya, se han creado redes de soporte individual a las/los profesionales y se realizan conferencias y cursos formativos específicos10-12. Integrar la formación en eutanasia en el currículo está altamente recomendado a los/las estudiantes de ciencias de la salud13. Además, existe mayor presencia del debate social en los medios de comunicación y también en la cultura14.
El estudio de Arreciado y sus colaboradores, llevado a cabo con estudiantes de enfermería de Barcelona en 2022-202315, halló una actitud positiva hacia la eutanasia contribuida en parte por el trabajo sobre contenido ético realizado durante el grado de enfermería, pero no evalúa el grado de conocimiento sobre la LORE. También en otro estudio realizado con estudiantes de enfermería de Huelva y Almería se observó que la mayoría tenían una visión positiva sobre la legalización de la eutanasia, aunque manifestaban inseguridad y ansiedad ante la muerte16. Entre profesionales de enfermería, un estudio hecho en Andalucía mostró que, si bien la actitud general hacia la eutanasia era mayoritariamente favorable, existía una diferencia significativa entre la aceptación teórica y el deseo de participar activamente en el proceso17. De forma similar, en Madrid, el 75,7% de profesionales de enfermería consideraba que la eutanasia debía estar regulada y el 87,2% defendía la participación activa de la profesión en la elaboración de políticas sanitarias relacionadas con la LORE, aunque un 35% solicitaría objeción de conciencia, principalmente por motivos religiosos18. En conjunto, la evidencia disponible en estudios españoles ha valorado fundamentalmente la opinión de las/los profesionales de enfermería, pero, hasta donde sabemos, no existen estudios que analicen el conocimiento sobre la LORE, ni en la profesión de enfermería ni en otros estamentos sanitarios.
El objetivo de este trabajo es evaluar el grado de conocimiento de los/las profesionales y las/los estudiantes de medicina y enfermería de Catalunya sobre la LORE, así como conocer de una manera muy preliminar su opinión al respecto.
Métodos
Diseño y población de estudio
Estudio descriptivo transversal hecho mediante una encuesta anónima dirigida a profesionales de la medicina y la enfermería en activo que trabajan en la sanidad catalana, independientemente del ámbito y especialidad y de si desarrollan su trabajo en la sanidad pública, la concertada o la privada, y a estudiantes de medicina y de enfermería de las universidades catalanas públicas y privadas (Universitat de Barcelona [UB], Universitat Autònoma de Barcelona [UAB], Universitat Pompeu Fabra [UPF], Universitat de Girona [UdG], Universitat de Lleida [UdL], Universitat Rovira i Virgili [URV]), gerentes y gestores y miembros de la Comisión de Garantías de Catalunya.
Recogida de datos
Para llevar a cabo la investigación, se creó una encuesta ad hoc titulada «Encuesta sobre el conocimiento de la Ley Orgánica 3/2021 de Regulación de la Eutanasia para profesionales y estudiantes de la sanidad. Estudio AMBLORE», consensuada con expertos en bioética y pilotada con 44 médicos/as, enfermeros/as y estudiantes de medicina y enfermería para realizar mejoras antes de la encuesta definitiva (marzo-septiembre de 2023). Tras la prueba piloto, se eliminaron tres preguntas por no estar suficientemente bien redactadas. El período de estudio comprendió desde el 30 de octubre de 2023 hasta el 12 de mayo de 2024.
Se envió un correo electrónico con una invitación a participar en la encuesta a la dirección de las instituciones proveedoras de salud, los colegios de médicos y de enfermería, las sociedades científicas y los/las estudiantes delegados/as de cada facultad de medicina y enfermería de Catalunya, solicitando que lo enviasen a los respectivos participantes en cascada. Las direcciones de correo electrónico se obtuvieron de internet y de las personas delegadas de las facultades conocidas. Se envió un recordatorio cada mes durante los meses de noviembre y diciembre de 2023, y enero y febrero de 2024. Los correos electrónicos fueron enviados en cascada; es decir, solo dirigidos a las direcciones, colegios de medicina y de enfermería, sociedades científicas y delegados/as de cada facultad de medicina y enfermería solicitando que lo hiciesen llegar a los médicos/as, enfermeros/as y estudiantes de medicina y enfermería de centros públicos, concertados o privados. No se envió directamente a las personas a quienes iba dirigida la encuesta. Tampoco se pudo confirmar si las personas a las que escribíamos redirigían los correos electrónicos tal como se lo solicitábamos. Asimismo, se propuso participar en la encuesta a las personas participantes de cada sesión, conferencia y taller de eutanasia impartido por las investigadoras durante el tiempo de estudio (8 acciones, 238 asistentes). Desde el correo electrónico, la persona participante accedía a la encuesta mediante un enlace y en los talleres/conferencias mediante un código QR.
Se estimó una muestra mínima necesaria de 385 respuestas para un intervalo de confianza (IC) del 95% con un margen de error del 5% y una proporción esperada de participantes con respuestas que reflejen un conocimiento adecuado de la LORE del 50% (al no disponer de estudios similares previos según nuestro conocimiento).
Variables
Características laborales:
Las variables recogidas fueron: haber recibido formación o no respecto a la eutanasia; si era profesional sanitario: profesión (médica/médico, enfermera/enfermero, auxiliar de enfermería u otros), ámbito (hospitalario, AP, sociosanitario u otros); años de experiencia trabajando en la sanidad; si era estudiante: medicina o enfermería y curso. La categoría «Otros» hace referencia a profesionales de medicina o enfermería que no trabajan en AP, hospital o centro sociosanitario. Son gerentes y gestores y miembros de la Comisión de Garantías de Catalunya.
Conocimiento de la LORE:
Encuesta sobre el conocimiento de la LORE para profesionales y estudiantes de la sanidad. Estudio AMBLORE.
La encuesta consta de 26 preguntas (anexo 1):
- 1 pregunta de respuesta múltiple (7 opciones, con más de una respuesta correcta).
- 23 preguntas de verdadero, falso, no lo sé.
- 2 preguntas abiertas de opinión.
Una vez cumplimentada la encuesta, se accede a las respuestas correctas y las explicaciones de las respuestas incorrectas con el objetivo de ayudar a mejorar el conocimiento de la ley.
Las 24 preguntas respecto al conocimiento de la LORE se miden de forma cuantitativa. La pregunta 1 de elección múltiple tiene 4 respuestas correctas; se consideró 1 punto en el caso de marcar todas las opciones correctas y 0 puntos en caso contrario. En el resto de las preguntas, se consideró 1 punto en caso de acierto y 0 en caso de fallo o «no lo sé». La puntuación total puede oscilar entre 0 y 24 puntos. Se consideró como elevado grado de conocimiento de la LORE una puntuación ≥20 puntos, lo que corresponde a un porcentaje de aciertos ≥80%, teniendo en cuenta que la mayoría de las preguntas son de verdadero y falso y están formuladas de manera sencilla para favorecer el conocimiento de la ley insistiendo sobre los temas clave. Se incluyeron además dos preguntas cualitativas de opinión y comentarios sobre la LORE.
El estudio se diseñó de acuerdo con la Guía de buenas prácticas en investigación en ciencias de la salud (Barcelona: Institut Català de la Salut, 2015). El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación (CEI) de la fundación de investigación IDIAP Jordi Gol (25/155-P). Antes de rellenar la encuesta, se informaba de los objetivos y procedimientos del estudio y los/las participantes daban su consentimiento para este estudio.
Análisis estadístico
Se hizo un análisis descriptivo de las características laborales de las/los participantes en relación con el número de casos de eutanasia (tabla 4) en los que hubieran participado. Asimismo, se realizó un análisis descriptivo de los resultados obtenidos en la encuesta mediante la media de puntuación y la desviación estándar (DE) de la media. Se describen los porcentajes de aciertos, errores y «no lo sé» para cada pregunta.
Para analizar las variables asociadas a una mayor puntuación en la encuesta sobre la LORE, se compararon las medias según profesión, ámbito de trabajo, años de experiencia y participación en casos de eutanasia. Se utilizó ANOVA con estimación de Bonferroni en variables paramétricas y Kruskal-Wallis en las no paramétricas. La prueba t de Student comparó AP con el ámbito hospitalario y profesionales con experiencia en eutanasia frente a profesionales sin experiencia. El análisis, llevado a cabo con STATA 15.0, estableció una significación estadística de p <0,05.
Análisis exploratorio-descriptivo de las opiniones y comentarios de las preguntas abiertas sobre la LORE mediante creación de códigos, categorías y temas.
Resultados
La encuesta pretendía alcanzar a 48.248 médicos/as y 60.471 enfermeros/as colegiados, así como a 5.610 estudiantes de medicina y 7.543 de enfermería.
Se obtuvieron 515 respuestas y se obtuvo una tasa de respuesta de 0,42% (médicos/as: 0,80%, estudiantes de medicina: 0,75%, estudiantes de enfermería: 0,41%, y enfermeros/as: 0,08%). El 75,2% de las respuestas fueron dadas por profesionales de medicina. El 58,6% de participantes no había participado en ningún caso de eutanasia (tabla 1). Setenta y cuatro respuestas (14,4%) se obtuvieron de estudiantes. El resto de participantes eran profesionales de medicina y enfermería, de los cuales el 63,9% llevaba 16 o más años trabajando y el 65,8% trabajaba en AP (tabla 1).
Entre los/las médicos/as de AP (n = 387), el 41,7% no había participado en ningún caso de eutanasia; el 21,5%, en un caso; el 10,3%, en 2-4 casos, y el resto, en 5 o más (tabla 1).
En cuanto al conocimiento sobre la ley de eutanasia, 42,1% de las personas encuestadas obtuvo un 80% o más de aciertos en la evaluación. La pregunta con mayor porcentaje de aciertos (96,7%) fue sobre la posibilidad de revocar o aplazar el procedimiento en cualquier momento, mientras que la pregunta con menos aciertos fue sobre los requisitos del solicitante (tabla 2).
La media de puntuación obtenida en relación con cada una de las variables estudiadas se puede observar en la tabla 3. De los/las estudiantes, 42 eran de los grados de medicina (56,8%) y 31 de enfermería (41,9%) (tabla 3). Los/las médicos/as fueron quienes obtuvieron una media de puntuación más elevada entre todas las categorías profesionales, con 18,7 (DE: 3,8) puntos sobre 24; por el contrario, la media de puntuación más baja la obtuvieron las/los estudiantes de enfermería, con 13,4 (DE 4,8) puntos. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre médicos/as y estudiantes (ANOVA con comparaciones post hoc con ajuste de Bonferroni; p <0,001) y entre enfermeros/as y estudiantes (ANOVA con comparaciones post hoc con ajuste de Bonferroni; p <0,001).
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas sobre el conocimiento de la ley de la eutanasia en relación con los años de experiencia profesional (tabla 3) ni entre estudiantes de enfermería versus medicina (datos no mostrados).
En cuanto al ámbito de trabajo, la media de puntuación más alta la obtuvieron los cinco participantes clasificados en la categoría «Otros» que incluía aquellos médicos/as y/o enfermeros/as que no trabajan en AP, hospital o centro sociosanitario. Son gerentes y gestores y miembros de la Comisión de Garantías de Catalunya y todos ellos contaban con 16 o más años de experiencia. La segunda puntuación más elevada fue la de las/los trabajadores de centros sociosanitarios, con 20,7 (DE: 2,9) puntos sobre 24 (tabla 3).
Al comparar la puntuación media obtenida del personal médico de AP y el personal médico de ámbito hospitalario, se obtuvo una diferencia de puntuación de 1,5 puntos, más elevada en los/las profesionales de AP y de forma estadísticamente significativa (t de Student; p 0,002).
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo que no había participado en ningún caso de eutanasia y el resto de categorías, con diferencias en la puntuación total de 2,5 puntos (ningún caso respecto a un caso), 3,4 puntos (ningún caso respecto a 2-4 casos) y 3,6 puntos (ningún caso respecto a 5 o más casos). Las/los profesionales que no habían participado en ningún caso de eutanasia (n = 321) puntuaron una media de 16,7 puntos (DE: 4,6), mientras que quienes habían participado en al menos un caso obtuvieron una media ≥19,6 (DE: 3,5). Esta diferencia de 2,9 puntos superior fue estadísticamente significativa (t de Student; p <0,001).
Respecto a la pregunta «¿Qué opinas sobre la nueva ley de la eutanasia y su aplicación en Catalunya?», una gran parte de las opiniones fueron positivas, considerándola necesaria, justa y un avance en la autonomía del paciente, al dignificar la muerte y evitar sufrimiento innecesario. No obstante, se señalaron dudas y críticas sobre su complejidad burocrática, la falta de formación profesional y la necesidad de acompañamiento a los sanitarios. Algunas personas se opusieron, y se destacó la ausencia de un rol claro para enfermería.
Respecto a la pregunta «¿Qué sensaciones, dudas o comentarios tienes sobre la ley de la eutanasia y su repercusión en el trabajo de los sanitarios?», las sensaciones incluían angustia, incertidumbre y conflictos éticos, ya que choca con el principio médico de salvar vidas. Otros valoraban que el acompañamiento adecuado puede generar satisfacción en el propio profesional de la salud. Las principales dudas se centraron en la falta de formación, el desconocimiento de los procedimientos y la incertidumbre legal. También preocupaban el desgaste emocional, la necesidad de apoyo psicológico y la sobrecarga laboral y burocrática. Se destacaba la falta de difusión y formación adecuada para profesionales y sociedad, así como la necesidad de apoyo institucional. Se sugería involucrar a cuidados paliativos o personal no sanitario en tareas específicas y crear referentes o comisiones de asesoría.
Discusión
Este estudio analiza el grado de conocimiento y las opiniones y sensaciones de la LORE en médicos/as, enfermeros/as y estudiantes de medicina y enfermería de Catalunya. Dos años y medio tras la aprobación de la ley de eutanasia, el nivel de conocimiento sobre su contenido sigue siendo limitado. Los médicos y médicas de familia, especialmente aquellos que han intervenido en algún procedimiento de eutanasia, son quienes presentan un mayor grado de conocimiento.
El estudio cualitativo de Verdaguer 20242, dirigido a profesionales que han participado en prestaciones, aportó ya evidencia sobre el detalle de las perspectivas de los/las profesionales en la aplicación de la LORE en España e identificó también que los/las profesionales tienen dudas sobre el procedimiento, sobre todo en lo que respecta a su complejidad administrativa. Cabe esperar, pues, que las/los profesionales que han participado en algún procedimiento de eutanasia conozcan la ley, dato que también se refleja en nuestro estudio. Asimismo, los resultados de este estudio muestran que tan solo el 42,1% de las personas encuestadas tiene un conocimiento adecuado de la LORE, siendo los/las profesionales de la medicina (respecto al resto de profesiones y estudiantes) y de AP (respecto al ámbito hospitalario) quienes presentan la mayor puntuación en conocimiento sobre la LORE. Aquellos/as profesionales que se han visto implicados en un proceso de eutanasia tienen puntuaciones mayores que quienes no lo han experimentado.
En el presente estudio se observó que el mayor conocimiento de la LORE lo presentaban los/las gestores/as, seguidos de los/las profesionales de centros sociosanitarios y de AP. El conocimiento de la LORE resulta clave, especialmente en AP y atención sociosanitaria, donde se atiende a pacientes crónicos y terminales, lo que genera una mayor sensibilización y más experiencia en la gestión del proceso2. Por otra parte, la relación médico-paciente suele ser más estrecha en los centros sociosanitarios y en los centros de AP, por lo que es habitual que los/las pacientes, por una cuestión de afinidad y confianza19, elijan entre los profesionales de estos centros al médico responsable de la intervención. Según el estudio de Pujol y sus colegas, menos del 25% de los/las médicos/as de nuestro país de diferentes especialidades percibe conocer bien la LORE, tras 1 año de la implantación20.
En el presente estudio no se observaron diferencias significativas por años de experiencia profesional, lo que podría explicarse porque la LORE es reciente y la experiencia laboral no tiene relación con su conocimiento. Por otro lado, participar en casos de eutanasia aumenta de forma significativa el conocimiento, particularmente entre el personal médico, debido probablemente a la dedicación y tiempo que conlleva la ejecución. Haber participado en un único caso ya conlleva un incremento de puntuación en la encuesta, que aumenta de forma discreta a medida que aumentan los casos en los que se participa, como se deduce del estudio de Verdaguer2.
La pregunta con más aciertos fue sobre la revocación del procedimiento de eutanasia (96,7%), destacando la autonomía del paciente, mientras que la que obtuvo menos aciertos trató sobre los requisitos múltiples para solicitar la eutanasia, sugiriendo mejorar su formulación. La pregunta más respondida con «No lo sé» fue sobre la reducción del plazo entre solicitudes por pérdida de capacidad del paciente, un aspecto poco frecuente en la práctica. Preguntas clave con alto error incluyeron la definición del sufrimiento, la objeción de conciencia y los primeros pasos del proceso, subrayando la necesidad de formación continua. Estudios similares, como los realizados en Quebec21 y Andalucía22, reflejan errores distintos, pero resaltan también desafíos educativos. El estudio de Quebec21 sobre el conocimiento de la situación legal de las prácticas al final de vida a profesionales de la sanidad reveló malentendidos sobre el estado legal de las prácticas de fin de vida en 2015. En este estudio, un 45,8% de las personas encuestadas creyó erróneamente que no estaba permitido retirar un tratamiento que potencialmente prolongara la vida a petición del paciente. Casi la mitad de las personas que participaron en la encuesta creía que la retirada del tratamiento a petición del paciente aún no se había legalizado, a pesar de haber sido autorizada en Quebec desde hace casi 20 años en el momento del estudio. En general, el 53,9% estaba confundido sobre el estado legal actual de las prácticas de fin de vida en al menos uno de los seis escenarios presentados.
En el estudio de Tamayo y sus colaboradores22, realizado con profesionales de enfermería en Andalucía en 2012, se identificó también falta conocimiento adecuado sobre los conceptos y la legalidad de la eutanasia y el suicidio asistido. Una alta proporción del personal de enfermería (35-40%) no logró identificar de forma correcta las situaciones de eutanasia o suicidio médicamente asistido, y el 30% desconocía que tanto la eutanasia como el suicidio médicamente asistido eran delitos penales en España en el momento del estudio. En el estudio andaluz, el conocimiento sobre el estado legal del suicidio médicamente asistido fue la única variable que cambió con la edad de la persona encuestada, siendo mayor entre quienes tenían menos de 45 años.
Las personas participantes apoyan la nueva LORE e identifican áreas de mejora, especialmente en formación y difusión. Estudios recientes en Catalunya15,23 y revisiones internacionales evidencian una falta de conocimiento entre profesionales y estudiantes debido al déficit en universidades20,23,24. La formación en grados y recursos como cursos o medios digitales, webinars, web de la Generalitat catalana (https://canalsalut.gencat.cat/ca/vida-saludable/etapes-de-la-vida/final-vida/eutanasia/index.html), medios de comunicación o cuestionarios como este son esenciales para consolidar el aprendizaje. Asimismo, la inclusión de la LORE en la formación de grado es imprescindible y se realiza internacionalmente20,24.
En el análisis cualitativo, una gran parte de las personas participantes consideró la ley necesaria y justa, destacando su valor para dignificar el final de la vida, evitar sufrimiento innecesario y reforzar la autonomía del paciente. El análisis de la literatura muestra que, en general, las/los profesionales de la sanidad tienden a presentar actitudes más favorables hacia la legalización y práctica de la eutanasia que la población general, aunque existen diferencias significativas según el país, la profesión, la edad, la experiencia y las creencias religiosas17,25. En España, particularmente en enfermería, la postura suele ser favorable, pero la disposición a implicarse de forma activa en el proceso es menor. Las actitudes positivas se asocian con la empatía hacia el sufrimiento del paciente y la defensa de su autonomía, mientras que la objeción de conciencia se vincula principalmente a convicciones religiosas o espirituales16. Asimismo, según estudios publicados, la edad, la experiencia profesional, la formación en cuidados paliativos y la religiosidad se asocian con menor disposición a participar en la eutanasia, mientras que la experiencia previa con solicitudes aumenta su aceptación; además, el personal médico suele mostrarse más reservado que el de enfermería17,26,27.
En nuestros resultados cualitativos se menciona la necesidad de sensibilización social, apoyo psicológico y recursos humanos y estructurales, ya que la carga emocional y burocrática dificulta su implementación en la jornada laboral. Un informe que también identifica las tensiones actuales en relación con la eutanasia en España2 sugiere replantear normativas para reducir la sobrecarga laboral y la objeción de conciencia, a fin de que la ley no dependa del voluntarismo de algunas profesiones y pueda normalizarse la eutanasia como práctica clínica. Asimismo, se apunta que es clave aumentar formación, apoyo institucional y recursos para normalizar la eutanasia como práctica clínica2. En otros estudios también se señala la importancia de la formación específica, el apoyo psicológico y la existencia de referentes o comisiones que orienten a los profesionales en el proceso17,26,27.
El presente estudio presenta algunas limitaciones que conviene considerar, principalmente el sesgo de selección. La baja tasa de respuesta obtenida podría afectar a la validez de los resultados. Consideramos que esta baja participación se vio favorecida por el hecho de que la encuesta se envió solo a las instituciones, solicitando que lo hiciesen llegar a las/los profesionales de la salud y estudiantes, sin poder confirmar que en efecto se distribuyera como se había indicado. Esta es una limitación intrínseca al procedimiento de las encuestas online28,29. Tampoco podemos garantizar la identidad única de la persona encuestada y se puede generar algún otro sesgo difícil de detectar como en el artículo de Utzet29, que comparaba dos tipos de encuesta sobre regulación de eutanasia (antes de su despenalización) en el País Vasco, en donde se concluyó que las encuestas online con muestra autoseleccionada (participación voluntaria) pueden distorsionar los resultados, sobre todo en temas de opinión. La muestra que ha participado ha sido heterogénea, pero puede existir un sesgo de selección y que sea poco representativa de la totalidad de médicas/os, enfermeras/os y estudiantes, debido al tipo de muestreo no probabilístico, siendo probable que hayan contestado en mayor porcentaje aquellos profesionales más motivados o quienes han vivido de cerca un caso de eutanasia. Dado que se trata de un tema de actualidad y que puede generar controversias, en las preguntas que recogen las opiniones puede haber ocurrido un sesgo de deseabilidad social y que los encuestados hayan dado respuestas que creen «correctas» o socialmente aceptadas, más que expresar su propia opinión. Este sesgo se ha pretendido minimizar con la anonimidad de la encuesta. Además, tampoco recogimos datos de sexo y/o género, considerando que no era el objeto de nuestro estudio y teniendo en cuenta la feminización actual de las profesiones de medicina y enfermería, que es aún mayor en los estudiantes.
Como fortaleza, es el primer estudio en España que evalúa los conocimientos reales (no autopercibidos) sobre la LORE entre profesionales y estudiantes de ciencias de la salud, además de sus opiniones y actitudes, datos que pueden ser claves para entender barreras y facilitadores en la aplicación de esta ley2. Esta encuesta, la primera realizada sobre la LORE, pretende ser una herramienta formativa, abierta y accesible para mejorar el conocimiento y reducir el malestar profesional en torno a este tema. El mismo grupo de investigación tiene previsto validar el cuestionario más allá de la valoración por parte de personas expertas, ampliar el análisis incorporando los resultados más recientes —ya que la encuesta permanece abierta— y ha diseñado una versión similar dirigida a la población general.
Conclusiones
El estudio revela conocimiento insuficiente sobre la LORE entre médicos/as, enfermeros/as y estudiantes de medicina y enfermería 3 años después de su aprobación. Las/los profesionales de la medicina son quienes presentan mayor conocimiento de dicha ley, y quienes trabajan en el ámbito de la AP y sociosanitario superan en conocimientos al personal hospitalario. Los propios profesionales manifiestan que son necesarias formación y sensibilización para mejorar su implementación y reducir el malestar profesional.
Conflicto de intereses
Las autoras y autores de este artículo declaran no tener conflictos de interés.





